Evento Fan LUNA NUEVA 12 noviembre 2009 Madrid
No te pierdas el evento fan de LUNA NUEVA
Con motivo del estreno de LUNA NUEVA el próximo miércoles, 18 de noviembre, se celebrará mañana, el 12 de noviembre un Evento Fan en el palacio de Vistalegre – apertura de los accesos Norte y Sur a las 17h00, cierre a las 19h00 en punto! Quién venga más no podrá entrar.
Vendrán los protagonistas Robert Pattinson, Kristen Stewart y Taylor Lautner. A las 10:00H de la mañana se abrirá la taquilla de la entrada sur del recinto para repartir 1750 entradas. Sólo se entregará una por persona, y las 250 primeras serán para la zona VIP.
Crepúsculo, la primera película basada en la serie de novelas bestsellers Crepúsculo, creada por Stephenie Meyer, llegó a las salas de cine en noviembre de 2008, en medio de una gran expectación. Se convirtió en un éxito al instante, algo nada fácil para un proyecto sometido a un riguroso escrutinio por parte de los millones de entregados fans de las novelas, que estaban deseando ver cómo se plasmaban sus héroes y heroínas en la gran pantalla. La adaptación cinematográfica del insólito romance entre una sensible estudiante de instituto y un vampiro de más de cien años de edad consiguió recaudar más de 70 millones de dólares el fin de semana de su estreno, y llegaría a superar los 350 millones de dólares de taquilla en todo el mundo. El éxito allanó el camino para la versión cinematográfica de la siguiente entrega de la serie de bestsellers, La Saga Crepúsculo: Luna Nueva.
Wyck Godfrey, productor de ambos filmes, estaba decidido a que La Saga Crepúsculo: Luna Nueva no fuera otra simple secuela más. Como el libro en el que se inspira, la película lleva la incipiente relación entre Bella Swan y Edward Cullen a un nivel más intenso y peligroso, y saca a la luz un conflicto que perseguirá a Bella a medida que avanza la historia: la añeja rivalidad entre la tribu quileute y los vampiros, encarnada en Jacob Black, el mejor amigo de Bella, y su amado Edward.
“El reto estaba en no limitarse a repetir lo mismo que ofrecía la primera película”, explica Godfrey. “A medida que avanza la historia, el mundo se va ampliando. Tenemos que hacer evolucionar a los personajes y ofrecer visualmente ese nuevo mundo. Vamos profundizando en la vida de Bella a medida que se expande su mundo. Va descubriendo cosas nuevas sobre la gente de Forks, principalmente sobre los quileutes y Jacob. El descubrimiento de que Jacob y sus amigos se convierten en lobos es muy importante.
“Bella se da cuenta de que vive en lo que parece ser un mundo de fantasía en el que los vampiros y los hombres lobo son reales”, comenta. “Justo cuando logra hacer un amigo que la hace sentir viva de nuevo tras la desaparición de Edward, descubre que él también es diferente. Y como la única razón por la que existen estos hombres lobo es precisamente por la existencia de los vampiros, Jacob no se habría convertido en hombre lobo de no ser por Edward. Ése es el conflicto básico entre Jacob y Edward, y Bella se ve atrapada en medio como humana”.
El éxito del director Chris Weitz en la adaptación de libros para la gran pantalla, como Un niño grande y La brújula dorada, lo convertía en un evidente candidato para este proyecto, afirma Godfrey. “Chris tiene experiencia en la dirección de películas de fantasía con complejos efectos especiales, así como íntimos estudios de personajes, y trabaja bien con actores jóvenes. Pero es su aprecio por los libros y personajes de Stephenie Meyer lo que hacía de él el director perfecto para La Saga Crepúsculo: Luna Nueva”.
“Era vital para nosotros honrar debidamente la creación de Stephenie y a los fans que adoran la serie de Crepúsculo”, agrega Godfrey. “Lo que no queríamos hacer era coger sus libros y tratar de reinventarlos. Chris se enamoró de los libros y sabía cómo hacer que la historia cobrara vida, a la vez que se mantenía arraigada en la realidad. Eso era fundamental. Aunque se trata de criaturas fantásticas, la historia parece que se desarrolle en todo momento en nuestro mundo”.
Aunque Weitz no estaba inicialmente familiarizado con las novelas, se convirtió rápidamente en fan. “Leí los libros”, explica el director. “Entonces fui a ver la primera película con público y me quedé entusiasmado con la extraordinaria intensidad de la reacción emocional que pude ver. Cuando veo una película, busco una abrumadora sensación de verse inmerso en un universo, y ésta me pareció una oportunidad de lograrlo. Es muy distinto de lo que he hecho antes, pero también hace uso de los dudosos talentos que he logrado acumular con los años”.
Weitz se dio cuenta de que su principal responsabilidad era mantenerse fiel a los libros. “Me esforcé muchísimo para lograr que todo quedara bien en ese aspecto”, asegura. “La primera película fue todo un fenómeno. Los libros fueron todo un fenómeno. Mi primer deber era respetar la pasión que los fans de la saga sienten por el libro, pasión que han trasladado a la película. No hacía falta rehacer por completo el mundo. Esta vez vamos a sitios distintos, pero aún conservamos el respeto a los fans”.
El director consultó con frecuencia a la autora, incluso en cuestiones menores, según Meyer. “Le preocupaban hasta los aspectos más insignificantes, como, ¿puede llevar zapatos esta persona?”, comenta. “Comprobaba todos los detalles. Quería que fuera todo como en el libro, y se portó estupendamente con eso”.
Poder disponer de la autora resultó inestimable para Weitz. “En El Señor de los anillos, nadie podía preguntarle a Tolkien qué es lo que pensaba cuando lo escribió”, explica el director. “Yo podía escribirle un mensaje de correo electrónico a Stephenie y preguntarle cuestiones prácticas como: ‘¿funcionan realmente los poderes de Jasper con Bella?’, así como cuestiones metafísicas más importantes. Me permitió asegurarme de que estuviéramos en todo momento manteniendo la coherencia con respecto a los libros”.
Meyer agradece la diligencia de Weitz y comenta: “Te escucha de verdad. No dice mucho, pero a la vez está muy claro qué es lo que busca. Sentí que mi material estaba en buenas manos con él”.
Para Meyer, escribir Luna Nueva fue una experiencia completamente distinta al libro anterior. “Seguramente sea el libro que más me ha costado escribir porque, por primera vez, tenía la certeza de que la gente iba a leer lo que escribiera. Cuando escribí Crepúsculo, era solo para mí. De repente, sentí como si la gente me observara por encima del hombro. Tenía mucho miedo escénico.
“Luna Nueva fue un libro muy diferente y no fue lo que los fans esperaban necesariamente”, continúa explicando. “El primer libro era sobre el amor verdadero. La consecuencia natural de ello, sobre todo cuando eres tan joven, es que te van a partir el corazón y, cuanto más ames a alguien, más duro resultará”.
“Edward cree que protege a Bella al poner fin a su relación”, prosigue Meyer. “No espera el tormento y la angustia de estar separados, que es una experiencia universal compartida por todos los espectadores, ya sean hombres o mujeres. Al final, los dos han aprendido mucho sobre lo importantes que son el uno para el otro. Bella madura bastante y Edward tiene que darse cuenta de que no lo sabe todo”.
También se vuelve fundamental para la historia la amistad que se desarrolla entre Bella y Jacob Black, un hombre lobo, enemigo natural de los vampiros. “Hay mucho más en juego”, afirma Weitz. “Ahora no solo corre peligro la existencia de Bella, sino también la de Edward. Por lo que respecta al mundo de la historia, tenemos ocasión de conocer nuevos rincones y elementos de la mitología y, a medida que dicha mitología se amplia, también lo hace la película”.
“Cierto, estamos contando una historia de vampiros y hombres lobo y lo sobrenatural”, prosigue el director. “Pero, más allá de eso, trata con sentimientos humanos muy básicos de amor, añoranza, necesidad, pérdida, apego y amistad. Trata del peligro al que sometes tu corazón cuando te enamoras. Como dice Bella en Crepúsculo, no teme a Edward porque sea un vampiro, lo teme porque está loca por él. Y en esta película se forma una especie de triángulo amoroso, que es algo muy atractivo con lo que el público se puede identificar”.
Meyer afirma sentirse más entusiasmada incluso por este nuevo paso de la saga de lo que estaba por el primero. “Crepúsculo nos permitió sentar las bases de este estupendo lugar, nos sirvió casi de trampolín, por decirlo así”, explica. “Ahora toca saltar y alcanzar un nuevo nivel. Los miembros del reparto ya se conocen, conocen a sus personajes y están encantados de volver. El libro era más emotivo en ciertos aspectos y es mucho más profundo. Y luego tenemos todos los personajes nuevos. Va a ser divertidísimo. Estoy deseando ver interactuar a la manada de lobos, y por supuesto los Vulturis van a ser geniales”.
Pero, en última instancia, los fans siguen siendo lo que la motivan, afirma la autora. “Estamos hablando de personajes ficticios que me he inventado”, se maravilla. “Y a los fans les importa de verdad lo que les pase. ¿Qué sucederá a continuación? ¿Qué hacen un viernes cualquiera por la noche? ¿Adónde iría Bella a que le hicieran la manicura? Hasta el más minúsculo detalle. Que la gente se implique tanto en tus personajes resulta tremendamente halagador”.
Con motivo del estreno de LUNA NUEVA el próximo miércoles, 18 de noviembre, se celebrará mañana, el 12 de noviembre un Evento Fan en el palacio de Vistalegre – apertura de los accesos Norte y Sur a las 17h00, cierre a las 19h00 en punto! Quién venga más no podrá entrar.
Vendrán los protagonistas Robert Pattinson, Kristen Stewart y Taylor Lautner. A las 10:00H de la mañana se abrirá la taquilla de la entrada sur del recinto para repartir 1750 entradas. Sólo se entregará una por persona, y las 250 primeras serán para la zona VIP.
Crepúsculo, la primera película basada en la serie de novelas bestsellers Crepúsculo, creada por Stephenie Meyer, llegó a las salas de cine en noviembre de 2008, en medio de una gran expectación. Se convirtió en un éxito al instante, algo nada fácil para un proyecto sometido a un riguroso escrutinio por parte de los millones de entregados fans de las novelas, que estaban deseando ver cómo se plasmaban sus héroes y heroínas en la gran pantalla. La adaptación cinematográfica del insólito romance entre una sensible estudiante de instituto y un vampiro de más de cien años de edad consiguió recaudar más de 70 millones de dólares el fin de semana de su estreno, y llegaría a superar los 350 millones de dólares de taquilla en todo el mundo. El éxito allanó el camino para la versión cinematográfica de la siguiente entrega de la serie de bestsellers, La Saga Crepúsculo: Luna Nueva.
Wyck Godfrey, productor de ambos filmes, estaba decidido a que La Saga Crepúsculo: Luna Nueva no fuera otra simple secuela más. Como el libro en el que se inspira, la película lleva la incipiente relación entre Bella Swan y Edward Cullen a un nivel más intenso y peligroso, y saca a la luz un conflicto que perseguirá a Bella a medida que avanza la historia: la añeja rivalidad entre la tribu quileute y los vampiros, encarnada en Jacob Black, el mejor amigo de Bella, y su amado Edward.
“El reto estaba en no limitarse a repetir lo mismo que ofrecía la primera película”, explica Godfrey. “A medida que avanza la historia, el mundo se va ampliando. Tenemos que hacer evolucionar a los personajes y ofrecer visualmente ese nuevo mundo. Vamos profundizando en la vida de Bella a medida que se expande su mundo. Va descubriendo cosas nuevas sobre la gente de Forks, principalmente sobre los quileutes y Jacob. El descubrimiento de que Jacob y sus amigos se convierten en lobos es muy importante.
“Bella se da cuenta de que vive en lo que parece ser un mundo de fantasía en el que los vampiros y los hombres lobo son reales”, comenta. “Justo cuando logra hacer un amigo que la hace sentir viva de nuevo tras la desaparición de Edward, descubre que él también es diferente. Y como la única razón por la que existen estos hombres lobo es precisamente por la existencia de los vampiros, Jacob no se habría convertido en hombre lobo de no ser por Edward. Ése es el conflicto básico entre Jacob y Edward, y Bella se ve atrapada en medio como humana”.
El éxito del director Chris Weitz en la adaptación de libros para la gran pantalla, como Un niño grande y La brújula dorada, lo convertía en un evidente candidato para este proyecto, afirma Godfrey. “Chris tiene experiencia en la dirección de películas de fantasía con complejos efectos especiales, así como íntimos estudios de personajes, y trabaja bien con actores jóvenes. Pero es su aprecio por los libros y personajes de Stephenie Meyer lo que hacía de él el director perfecto para La Saga Crepúsculo: Luna Nueva”.
“Era vital para nosotros honrar debidamente la creación de Stephenie y a los fans que adoran la serie de Crepúsculo”, agrega Godfrey. “Lo que no queríamos hacer era coger sus libros y tratar de reinventarlos. Chris se enamoró de los libros y sabía cómo hacer que la historia cobrara vida, a la vez que se mantenía arraigada en la realidad. Eso era fundamental. Aunque se trata de criaturas fantásticas, la historia parece que se desarrolle en todo momento en nuestro mundo”.
Aunque Weitz no estaba inicialmente familiarizado con las novelas, se convirtió rápidamente en fan. “Leí los libros”, explica el director. “Entonces fui a ver la primera película con público y me quedé entusiasmado con la extraordinaria intensidad de la reacción emocional que pude ver. Cuando veo una película, busco una abrumadora sensación de verse inmerso en un universo, y ésta me pareció una oportunidad de lograrlo. Es muy distinto de lo que he hecho antes, pero también hace uso de los dudosos talentos que he logrado acumular con los años”.
Weitz se dio cuenta de que su principal responsabilidad era mantenerse fiel a los libros. “Me esforcé muchísimo para lograr que todo quedara bien en ese aspecto”, asegura. “La primera película fue todo un fenómeno. Los libros fueron todo un fenómeno. Mi primer deber era respetar la pasión que los fans de la saga sienten por el libro, pasión que han trasladado a la película. No hacía falta rehacer por completo el mundo. Esta vez vamos a sitios distintos, pero aún conservamos el respeto a los fans”.
El director consultó con frecuencia a la autora, incluso en cuestiones menores, según Meyer. “Le preocupaban hasta los aspectos más insignificantes, como, ¿puede llevar zapatos esta persona?”, comenta. “Comprobaba todos los detalles. Quería que fuera todo como en el libro, y se portó estupendamente con eso”.
Poder disponer de la autora resultó inestimable para Weitz. “En El Señor de los anillos, nadie podía preguntarle a Tolkien qué es lo que pensaba cuando lo escribió”, explica el director. “Yo podía escribirle un mensaje de correo electrónico a Stephenie y preguntarle cuestiones prácticas como: ‘¿funcionan realmente los poderes de Jasper con Bella?’, así como cuestiones metafísicas más importantes. Me permitió asegurarme de que estuviéramos en todo momento manteniendo la coherencia con respecto a los libros”.
Meyer agradece la diligencia de Weitz y comenta: “Te escucha de verdad. No dice mucho, pero a la vez está muy claro qué es lo que busca. Sentí que mi material estaba en buenas manos con él”.
Para Meyer, escribir Luna Nueva fue una experiencia completamente distinta al libro anterior. “Seguramente sea el libro que más me ha costado escribir porque, por primera vez, tenía la certeza de que la gente iba a leer lo que escribiera. Cuando escribí Crepúsculo, era solo para mí. De repente, sentí como si la gente me observara por encima del hombro. Tenía mucho miedo escénico.
“Luna Nueva fue un libro muy diferente y no fue lo que los fans esperaban necesariamente”, continúa explicando. “El primer libro era sobre el amor verdadero. La consecuencia natural de ello, sobre todo cuando eres tan joven, es que te van a partir el corazón y, cuanto más ames a alguien, más duro resultará”.
“Edward cree que protege a Bella al poner fin a su relación”, prosigue Meyer. “No espera el tormento y la angustia de estar separados, que es una experiencia universal compartida por todos los espectadores, ya sean hombres o mujeres. Al final, los dos han aprendido mucho sobre lo importantes que son el uno para el otro. Bella madura bastante y Edward tiene que darse cuenta de que no lo sabe todo”.
También se vuelve fundamental para la historia la amistad que se desarrolla entre Bella y Jacob Black, un hombre lobo, enemigo natural de los vampiros. “Hay mucho más en juego”, afirma Weitz. “Ahora no solo corre peligro la existencia de Bella, sino también la de Edward. Por lo que respecta al mundo de la historia, tenemos ocasión de conocer nuevos rincones y elementos de la mitología y, a medida que dicha mitología se amplia, también lo hace la película”.
“Cierto, estamos contando una historia de vampiros y hombres lobo y lo sobrenatural”, prosigue el director. “Pero, más allá de eso, trata con sentimientos humanos muy básicos de amor, añoranza, necesidad, pérdida, apego y amistad. Trata del peligro al que sometes tu corazón cuando te enamoras. Como dice Bella en Crepúsculo, no teme a Edward porque sea un vampiro, lo teme porque está loca por él. Y en esta película se forma una especie de triángulo amoroso, que es algo muy atractivo con lo que el público se puede identificar”.
Meyer afirma sentirse más entusiasmada incluso por este nuevo paso de la saga de lo que estaba por el primero. “Crepúsculo nos permitió sentar las bases de este estupendo lugar, nos sirvió casi de trampolín, por decirlo así”, explica. “Ahora toca saltar y alcanzar un nuevo nivel. Los miembros del reparto ya se conocen, conocen a sus personajes y están encantados de volver. El libro era más emotivo en ciertos aspectos y es mucho más profundo. Y luego tenemos todos los personajes nuevos. Va a ser divertidísimo. Estoy deseando ver interactuar a la manada de lobos, y por supuesto los Vulturis van a ser geniales”.
Pero, en última instancia, los fans siguen siendo lo que la motivan, afirma la autora. “Estamos hablando de personajes ficticios que me he inventado”, se maravilla. “Y a los fans les importa de verdad lo que les pase. ¿Qué sucederá a continuación? ¿Qué hacen un viernes cualquiera por la noche? ¿Adónde iría Bella a que le hicieran la manicura? Hasta el más minúsculo detalle. Que la gente se implique tanto en tus personajes resulta tremendamente halagador”.
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