Del 1 al 5 de febrero de 2009 se celebran las famosas fiestas de Moros y Cristianos en honor a San Blas en la localidad valenciana de Bocairent.
La gran devoción que se profesa al santo (patrón del municipio) confiere a estas alegres fiestas una especial emotividad. La fastuosidad y colorido de sus desfiles, el ambiente que se respira por las calles con la música, las luces y el espíritu de fiesta, la dedicación que ponen los vecinos en todos y cada uno de los detalles... Todo ello ha hecho posible que la fiesta haya alcanzado merecidamente la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Sus orígenes se sitúan en torno al año 1632, cuando al invocar al santo cesó la terrible epidemia de difteria que se venía padeciendo, hecho tras el cual se decidió nombrar a San Blas patrón de la villa, sustituyendo a Sant Jaume que lo era hasta entonces.
Nueve son las "filaes" que participan activamente en la fiesta: cinco cristianas (espanyoletos, granaderos, contrabandistas, suavos y estudiantes) y cuatro moras (moros viejos, moros marinos, marrocs y mosqueteros), todas ellas ofrecen un fastuoso desfile y un magnífico espectáculo musical y colorista.
Con la Nit de les Caixes comienzan las fiestas; cientos de festeros ataviados con la tradicional manta bocairentina, tabalets y farolets recorren las calles más emblemáticas de la villa con gran estrépito para conmemorar el patronazgo de San Blas desde el año 1632.
La Entrada de Moros y Cristianos (2 de febrero) pone el toque de color a las fiestas. Inician el desfile los cristianos con sus alegres pasodobles para finalizar a la caída de la noche el desfile del bando moro con sus lentas y emotivas marchas moras.
Uno de los actas más emblemáticos es la procesión del día de San Blas; hay que destacar la entrada en la plaza del Ayuntamiento del santo, la reliquia y el Guión de Santo Blas, momento en el que al sonido del volteo de campanas, todos se unen en un clamor: “Vitol al Patrón Santo Blai”, se apagan los luces y un alud de pequeños papeles caen sobre la imagen.
Tampoco se puede faltar el día de la batalla de Moros y Cristianos, en el que se suceden las embajadas mora y cristiana, la toma del castillo y la reconquista. El día está marcado por la gran cantidad de pólvora disparada por las calles principales del municipio.
El día del Santo Cristo destaca por la subida en romería de festeros y músicos a la ermita, lo que convierte el camino del Calvario en un cordón inmenso de colores.
La gran devoción que se profesa al santo (patrón del municipio) confiere a estas alegres fiestas una especial emotividad. La fastuosidad y colorido de sus desfiles, el ambiente que se respira por las calles con la música, las luces y el espíritu de fiesta, la dedicación que ponen los vecinos en todos y cada uno de los detalles... Todo ello ha hecho posible que la fiesta haya alcanzado merecidamente la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Sus orígenes se sitúan en torno al año 1632, cuando al invocar al santo cesó la terrible epidemia de difteria que se venía padeciendo, hecho tras el cual se decidió nombrar a San Blas patrón de la villa, sustituyendo a Sant Jaume que lo era hasta entonces.
Nueve son las "filaes" que participan activamente en la fiesta: cinco cristianas (espanyoletos, granaderos, contrabandistas, suavos y estudiantes) y cuatro moras (moros viejos, moros marinos, marrocs y mosqueteros), todas ellas ofrecen un fastuoso desfile y un magnífico espectáculo musical y colorista.
Con la Nit de les Caixes comienzan las fiestas; cientos de festeros ataviados con la tradicional manta bocairentina, tabalets y farolets recorren las calles más emblemáticas de la villa con gran estrépito para conmemorar el patronazgo de San Blas desde el año 1632.
La Entrada de Moros y Cristianos (2 de febrero) pone el toque de color a las fiestas. Inician el desfile los cristianos con sus alegres pasodobles para finalizar a la caída de la noche el desfile del bando moro con sus lentas y emotivas marchas moras.
Uno de los actas más emblemáticos es la procesión del día de San Blas; hay que destacar la entrada en la plaza del Ayuntamiento del santo, la reliquia y el Guión de Santo Blas, momento en el que al sonido del volteo de campanas, todos se unen en un clamor: “Vitol al Patrón Santo Blai”, se apagan los luces y un alud de pequeños papeles caen sobre la imagen.
Tampoco se puede faltar el día de la batalla de Moros y Cristianos, en el que se suceden las embajadas mora y cristiana, la toma del castillo y la reconquista. El día está marcado por la gran cantidad de pólvora disparada por las calles principales del municipio.
El día del Santo Cristo destaca por la subida en romería de festeros y músicos a la ermita, lo que convierte el camino del Calvario en un cordón inmenso de colores.
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