TEX LA HOMA presenta en Madrid su nuevo disco “Little Flashes of Sunlight on a Cold Dark Sea” con una única actuación en España. El directo será el día 8 de noviembre en la Sala Neu Club! de Madrid y estará acompañado de The Floorbirds + The Strugglers (para más información)
Después de llevar hacia un nuevo estado su particular visión de lo que debería ser la electrónica ensoñadora en Some Lost Bliss (& Records, 06 / All Is Number, 07), un disco que jamás llegó a editarse en nuestro país, Matt Shaw ha retomado su proyecto Tex la Homa con Little Flashes of Sunlight on a Cold Dark Sea (Acuarela, 08). Once canciones sostenidas sobre voz, guitarra acústica y algunos apuntes al piano.
El peso de las melodías, la inercia natural con la que cada acorde traslada el sonido hacia las notas distintas de otro acorde. La importancia de dejar que las cuerdas respiren. Matt Shaw pensaba en cosas así cuando se lanzó a grabar sus nuevas canciones con el único apoyo de una guitarra decorada con las teclas de un piano y las texturas de ambientes discretos. Quería conocer la expresión más sencilla de su música, la cara más limpia de todo lo que destapaba al componer. La vertiente acústica, un lado de Tex la Homa que ya había tratado de descifrar en Into Timeless Shadows (Acuarela, 06). Little Flashes of Sunlight on a Cold Dark Sea es un intento por afilar el instinto melódico, encontrar el valor de la claridad, y con él, una mayor fuerza comunicativa.
El cambio que separa a este nuevo álbum de Some Lost Bliss es infinitamente mayor que el que experimentaron cualquiera de los tres discos anteriores de Tex la Homa. Matt Shaw ha renovado su sonido drenándolo de programaciones y sintetizadores, dejando atrás el recorrido de aquel dream pop versión siglo XXI que le llevó a experimentar con teclados y ordenadores, pedales y samplers, en discos como Dazzle Me With Transience (Superglider, 02) o If Just Today Were To Be My Entire Life (Talitres, 03), de los ecos ambient de Oh Peace! Get A Little! (Moonpalace, 05) a las atmósferas estáticas de 230 Divisadero, un dúo formado junto a Nick Grey; afinando el resultado, superándose en cada paso. Pero ya no queda espacio para la experimentación. Ahora sólo caben las canciones. Una determinación que ha llevado a Shaw a vaciar su música de esas capas de ritmos quebradizos y loops tratados, de guitarras retorcidas y bruma digital, dejando la voz en primer plano, llevada por un instrumento o dos. Es precisamente el protagonismo de la voz, el elemento que hace de Little Flashes of Sunlight on a Cold Dark Sea un trabajo más sincero, menos huidizo.
Estas canciones son fragmentos forjados en el pasado. Brotan de la infancia ("Sandbach") y de las marcas que dejaron los años, la adolescencia ("Buziaczki"), rodeadas de las personas que nos acompañaron entonces ("The Ginnel") y de la incertidumbre ("An Uncertain Place"). Del amor ("Dream Sliding"). Matt Shaw ha escrito con ellas sus versos más fieles y personales, entretenido en la idea de que los actos del pasado reviven a través de la memoria, con los recuerdos, en una forma de realidad tan poderosa como la que sacude el presente de nuestra vida. Un ahora eterno en el que las cosas ocurren en diferentes planos de nuestra existencia. Esos destellos de luz a los que alude el título del disco, algo bello y mágico, pero posiblemente también transitorio, reflejados en la inmensidad oscura, en ese infinito desconocido, que podría ser la vida, una persona o cualquier otra posibilidad.
Reencontrado con una rutina relativamente normal después del diagnóstico de la enfermedad de Crohn hace tres años, Matt Shaw vive en un apartamento de tres habitaciones en Poole, en la Costa Sur de Inglaterra. Little Flashes of Sunlight on a Cold Dark Sea se grabó por completo en una de esas tres habitaciones.
El peso de las melodías, la inercia natural con la que cada acorde traslada el sonido hacia las notas distintas de otro acorde. La importancia de dejar que las cuerdas respiren. Matt Shaw pensaba en cosas así cuando se lanzó a grabar sus nuevas canciones con el único apoyo de una guitarra decorada con las teclas de un piano y las texturas de ambientes discretos. Quería conocer la expresión más sencilla de su música, la cara más limpia de todo lo que destapaba al componer. La vertiente acústica, un lado de Tex la Homa que ya había tratado de descifrar en Into Timeless Shadows (Acuarela, 06). Little Flashes of Sunlight on a Cold Dark Sea es un intento por afilar el instinto melódico, encontrar el valor de la claridad, y con él, una mayor fuerza comunicativa.El cambio que separa a este nuevo álbum de Some Lost Bliss es infinitamente mayor que el que experimentaron cualquiera de los tres discos anteriores de Tex la Homa. Matt Shaw ha renovado su sonido drenándolo de programaciones y sintetizadores, dejando atrás el recorrido de aquel dream pop versión siglo XXI que le llevó a experimentar con teclados y ordenadores, pedales y samplers, en discos como Dazzle Me With Transience (Superglider, 02) o If Just Today Were To Be My Entire Life (Talitres, 03), de los ecos ambient de Oh Peace! Get A Little! (Moonpalace, 05) a las atmósferas estáticas de 230 Divisadero, un dúo formado junto a Nick Grey; afinando el resultado, superándose en cada paso. Pero ya no queda espacio para la experimentación. Ahora sólo caben las canciones. Una determinación que ha llevado a Shaw a vaciar su música de esas capas de ritmos quebradizos y loops tratados, de guitarras retorcidas y bruma digital, dejando la voz en primer plano, llevada por un instrumento o dos. Es precisamente el protagonismo de la voz, el elemento que hace de Little Flashes of Sunlight on a Cold Dark Sea un trabajo más sincero, menos huidizo.
Estas canciones son fragmentos forjados en el pasado. Brotan de la infancia ("Sandbach") y de las marcas que dejaron los años, la adolescencia ("Buziaczki"), rodeadas de las personas que nos acompañaron entonces ("The Ginnel") y de la incertidumbre ("An Uncertain Place"). Del amor ("Dream Sliding"). Matt Shaw ha escrito con ellas sus versos más fieles y personales, entretenido en la idea de que los actos del pasado reviven a través de la memoria, con los recuerdos, en una forma de realidad tan poderosa como la que sacude el presente de nuestra vida. Un ahora eterno en el que las cosas ocurren en diferentes planos de nuestra existencia. Esos destellos de luz a los que alude el título del disco, algo bello y mágico, pero posiblemente también transitorio, reflejados en la inmensidad oscura, en ese infinito desconocido, que podría ser la vida, una persona o cualquier otra posibilidad.
Reencontrado con una rutina relativamente normal después del diagnóstico de la enfermedad de Crohn hace tres años, Matt Shaw vive en un apartamento de tres habitaciones en Poole, en la Costa Sur de Inglaterra. Little Flashes of Sunlight on a Cold Dark Sea se grabó por completo en una de esas tres habitaciones.
.jpg)
0 comentarios:
Publicar un comentario