La denominada Siberia extremeña es la comarca situada en el extremo nororiental de la provincia de Badajoz. Su nombre proviene del secular aislamiento que hasta poco tiempo tuvo, comparable con la región rusa del mismo nombre.
No obstante, estas antiguas adversidades han hecho preservar el rico patrimonio natural y cultural que caracteriza esta comarca de más de 2700 kilómetros cuadrados, atravesada por los ríos Guadiana y Zújar.
Sus 18 acogedores núcleos urbanos guardan un riquísimo patrimonio histórico y cultural, ya que en estas tierras vivieron celtas, vettones, lusitanos, dejando paso a los romanos los cuales dejaron un legado impresionante, sin olvidar a los árabes y judíos, que también dejaron su huella. Durante la Reconquista, estas tierras pertenecieron al Maestre de Alcántara, pasando posteriormente a los Duques de Osuna. Más tarde gran parte de este territorio estuvo en poder del Monasterio del Escorial, hasta las desamortizaciones del siglo XIX.
La capital de la región es Herrera del Duque, pueblo que posee tres importantes entornos monumentales: el Convento, la Iglesia y la magnífica Plaza porticada. También barrios de un tipismo único. Cada uno a su manera; en sus calles se mezclan las culturas árabe y judía con las formas cristianas.
Los restantes acogedores pueblos de la comarca, como Castilblanco, Valdecaballeros, Fuenlabrada de los Montes, Helechosa, Villarta o Talarrubias, están repletos de restos romanos y árabes, así como castillos y ermitas medievales, iglesias góticas y barrocas así como encantadores balnearios.
Hay cinco grandes embalses en esta región, siendo uno de ellos, el embalse de La Serena, el mayor de España y el segundo de Europa, formando el conjunto de ellos, de gran belleza paisajística, la mayor extensión de agua dulce conocida de toda la península.
Esta abundancia de agua atrae a todo tipo de aves, buitres leonados, grullas, cigüeñas negras, alimoches así como que bajo su superficie abundan distintas especies acuáticas, barbos, carpas, lucios, etc. Es decir, una maravilla para pescadores, ornitólogos y amantes de la naturaleza.
En la zona, debido a su baja densidad de población, las reinas son la flora y la fauna, abunda la jara, el tomillo y otras hierbas aromáticas. Es tierra de encinas, alcornoques y acebuches, así como de ciervo, jabalí, perdiz, conejo y liebre, de lince ibérico, erizo, tejón y zorro.
Por último sería imperdonable olvidar la exquisita y variada gastronomía de la región. Las calderetas y estofados, migas, deliciosos jamones y embutidos, así como los sabrosos quesos de cabra y oveja, conocidos estos en la comarca de La Serena como Torta de la Serena. Los vinos de pitarra claretes y rosados, y su aguardiente, tan abundante y usuales en muchas de sus poblaciones.
Y para terminar, sus postres, gachas en Valdecaballeros, queso de almendra en Fuenlabrada de los Montes, canutos de Peroche, en fin, cada pueblo ofrece su especialidad a cual más mejor.
Agradecemos a nuestro amigo Paco este gran artículo, nos ha hecho descubrir un lugar muy especial que no conocíamos.
No obstante, estas antiguas adversidades han hecho preservar el rico patrimonio natural y cultural que caracteriza esta comarca de más de 2700 kilómetros cuadrados, atravesada por los ríos Guadiana y Zújar.
Sus 18 acogedores núcleos urbanos guardan un riquísimo patrimonio histórico y cultural, ya que en estas tierras vivieron celtas, vettones, lusitanos, dejando paso a los romanos los cuales dejaron un legado impresionante, sin olvidar a los árabes y judíos, que también dejaron su huella. Durante la Reconquista, estas tierras pertenecieron al Maestre de Alcántara, pasando posteriormente a los Duques de Osuna. Más tarde gran parte de este territorio estuvo en poder del Monasterio del Escorial, hasta las desamortizaciones del siglo XIX.
La capital de la región es Herrera del Duque, pueblo que posee tres importantes entornos monumentales: el Convento, la Iglesia y la magnífica Plaza porticada. También barrios de un tipismo único. Cada uno a su manera; en sus calles se mezclan las culturas árabe y judía con las formas cristianas.
Los restantes acogedores pueblos de la comarca, como Castilblanco, Valdecaballeros, Fuenlabrada de los Montes, Helechosa, Villarta o Talarrubias, están repletos de restos romanos y árabes, así como castillos y ermitas medievales, iglesias góticas y barrocas así como encantadores balnearios.
Hay cinco grandes embalses en esta región, siendo uno de ellos, el embalse de La Serena, el mayor de España y el segundo de Europa, formando el conjunto de ellos, de gran belleza paisajística, la mayor extensión de agua dulce conocida de toda la península.
Esta abundancia de agua atrae a todo tipo de aves, buitres leonados, grullas, cigüeñas negras, alimoches así como que bajo su superficie abundan distintas especies acuáticas, barbos, carpas, lucios, etc. Es decir, una maravilla para pescadores, ornitólogos y amantes de la naturaleza.
En la zona, debido a su baja densidad de población, las reinas son la flora y la fauna, abunda la jara, el tomillo y otras hierbas aromáticas. Es tierra de encinas, alcornoques y acebuches, así como de ciervo, jabalí, perdiz, conejo y liebre, de lince ibérico, erizo, tejón y zorro.
Por último sería imperdonable olvidar la exquisita y variada gastronomía de la región. Las calderetas y estofados, migas, deliciosos jamones y embutidos, así como los sabrosos quesos de cabra y oveja, conocidos estos en la comarca de La Serena como Torta de la Serena. Los vinos de pitarra claretes y rosados, y su aguardiente, tan abundante y usuales en muchas de sus poblaciones.
Y para terminar, sus postres, gachas en Valdecaballeros, queso de almendra en Fuenlabrada de los Montes, canutos de Peroche, en fin, cada pueblo ofrece su especialidad a cual más mejor.
2 comentarios:
Hola Paco,
Muchas gracias por este artículo tan interesante y también escrito, después de leerlo tengo claro que La Siberia extremeña es un lugar que tengo que ir conocer.
Como orgulloso perteneciente a la siberia querría aclarar que el monbre de esta surge de la definición "las iberias" y de la aspiración de las eses finales que se produce con el castúo en esta zona. El echo de definirlo como las iberias se debió a la gran influencia ibérica que se produjo en la zona.
Aclarado esto te felicito por tu artículo.
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