El Mercado de Triana se sitúa en el corazón del barrio del que lleva el nombre. Esta plaza de abastos tiene más de 150 años de historia, primero fue un lugar donde antiguos comerciantes ambulantes se instalaban para ofrecer sus productos y posteriormente se convirtió en un destacado mercado. Durante décadas se mantuvo sin reformas, hasta que hace diez años, se acometió una muy importante. Tras la obra, se pudieron respetar, las ruinas históricas del Castillo de San Jorge (sede de la Inquisición en Sevilla durante tres siglos), el cual se encuentra ubicado justo debajo del mercado.
El Castillo de San Jorge es un edificio de origen árabe que comenzó a construirse en 1171. Fue entregado por Fernando III a los caballeros de San Jorge. Años después fue cedido por el asistente de Diego de Merlo y acabó en manos de la Inquisición, según cuentan los historiadores. Desde 1481 a 1785, fue escenario de uno de los capítulos más negros de la ciudad de Sevilla. Estaba compuesto de 26 cárceles, orientadas al Altozano, a la calle San jorge y a la calle Castilla, que fueron calificadas como «antros de horror, hediondez y soledad» por el Santo Oficio en el siglo XVII. Dentro del castillo se encontraba también la Iglesia de San Jorge, antigua parroquia de Triana.
Ahora, su recuerdo saldrá a la luz, pero no como museo de los horrores sino como lugar de reflexión sobre las injusticias.
El museo contará con cinco salas. La primera de ellas es la Sensorial, en la que se introducen conceptos como juicio de valor, abuso de poder y el de la indefensión de las víctimas.
En la sala Barbacana se explicará con diseños y maquetas lo que allí ocurrió.
Los visitantes podrán vivir como se hacían los enjuiciamientos durante la Inquisición. En la sala de Audiencias se realizará una recreación mediante una escenografía de mobiliario y esculturas de personajes sobre los que se proyectará un diorama virtual de actores reales en movimiento.
Finalmente, la sala de la Tolerancia buscará la reflexión sobre los mecanismos para combatir los procesos de injusticias. Fuera de los restos, en la fachada principal se reconstruirá virtualmente los límites de lo que fue la torre principal del castillo.
El Mercado de Triana se sitúa en el corazón del barrio del que lleva el nombre. Esta plaza de abastos tiene más de 150 años de historia, primero fue un lugar donde antiguos comerciantes ambulantes se instalaban para ofrecer sus productos y posteriormente se convirtió en un destacado mercado. Durante décadas se mantuvo sin reformas, hasta que hace diez años, se acometió una muy importante. 
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