27 de abril de 2008

Las Reales Atarazanas de Sevilla

Alfonso X el Sabio mandó construir unas Atarazanas fuera del recinto amurallado de la ciudad de Sevilla, uniendo así la Torre del Oro y de la plata, con las Puertas del Carbón y del Aceite.

En el Arenal del Guadalquivir se construyeron 17 naves flanqueadas por el río y la muralla almohade. En sus muros aún se oyen las voces de obreros carpinteros en la construcción de barcos, de pescadores y almacenistas de salazón, de comerciantes que depositaban allí sus mercancías, cuando fueron almacenes reales y aduana y mucho después, el sonido de las botas de los militares cuando en el siglo XVIII se empieza a hacer la reforma para la instalación de una fábrica y depósito de artillería, siendo el ejército el último inquilino de las Reales Atarazanas.

Esto constituye un testimonio de lo que es hoy uno de los edificios civiles más singulares de la ciudad de Sevilla, y que desde el siglo XIII hasta nuestros días ha ido sufriendo las transformaciones propias de una sociedad en continuo desarrollo. El aspecto formal que presenta¬ban al Arenal de Sevilla era el de un frente industrial abierto para la entra¬da y salida de los barcos. Fue su acti¬vidad como astilleros la que provocó su transformación, trasladándose a la primera nave la pescadería, que hasta entonces estaba ubicada en la céntrica Plaza de San Francisco.
En 1641 se realizan obras en cinco de sus diecisiete naves, para transformarlas en el Hospital de la Santa Caridad, cuya cofradía se reu¬nía desde 1578 en una capilla consa¬grada a San Jorge, con la finalidad de recoger los cadáveres de ahogados y ajusticiados.
El primer asentamiento de las dependencias artilleras en las Atarazanas se remonta al año 1587. En 1762, se inician las grandes reformas del Cuerpo de Artilleda, que influirán definitivamente en el futuro de las instalaciones. De hecho, tan sólo hay que esperar un año para que se dé el primer impulso importante al edificio, destinado a que en Sevilla se cuente con un depósito de carruajes y pertrechas para suministrar a las tropas, que acabó traduciéndose en una ampliación de la capacidad de los talleres y almacenes, con la anexión de dos naves más, que completan las siete actuales.
En 1782, las Maestranzas de Cádiz y Málaga se refunden en las de Sevilla, quedando ésta como abaste¬cedora única de Andalucía y Extremadura y, un año más tarde, también de las Américas Españolas. Esto provoca una nueva ampliación, materializada en una operación arquitectónica que configura el edificio tal y como lo encontramos hoy.

Desde 1993 se han realizado importantes trabajos de consolidación y rehabilitación así como de investigación arqueológica y arquitectónica.

Hoy se pone a disposición de los ciudadanos la posibilidad de entrar en ese pasado siempre presente en Sevilla que son Las Reales Atarazanas.

Precio: Gratuito
Horario:
De martes a domingo
Verano: 09:30- 14:30 / 19:00 a 21:00 h.
Invierno: 09:30- 14:30 / 16:00 a 18:00 h
Dirección: C/ Templado, 1 (esquina con C/ Dos de Mayo, detrás del Teatro de la Maestranza)
Web: http://www.fundacionmuseoatarazanas.org/

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