A finales del siglo XIV, y principio del XV, era muy común en Sevilla el tráfico de esclavos negros. Esto hizo que hubiese muchos de estos habitantes, los cuales se reunían, con licencia de sus amos, en los días festivos; siendo generalmente bien tratados y queridos, por lo cual, el Arzobispo D. Gonzalo de Mena, les creó esta hermandad de cofradía.
La cofradía respondía a un modelo estrictamente étnico y cerrado, ya que únicamente podía estar compuesta por hermanos “negros”. Inicialmente se creó como una corporación con el objeto de ampararlos y socorrerlos, ya que por lo común era una clase pobre y estaba desvalida. Con suerte varia continuó estar hermandad hasta la mediación del siglo XVI, que estando perdida se restableció de nuevo bajo el instituto de Cofradía de disciplina.
Pero no fue la de los Negritos la única hermandad de "morenos" que hubo en
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